- Secar el vidrio tras cada uso, con un paño humedecido, retirando el exceso de agua.
- No usar productos químicos ni abrasivos, como alcohol, lejía, disolventes ni estropajos.
- Para la limpieza de la mampara lo recomendable es usar agua y jabón neutro.
- Usar paños de algodón o esponjas suaves.
A la hora de comprar tu mampara valora la opción de adquirirla con tratamiento antical, supone una pequeña inversión pero con un resultado altamente efectivo.
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